Revisando
carpetas encontré esta mañana una curiosa que hace tiempo había
perdido de vista. Se trata de mi colección de erratas de prensa que
a lo largo de los años he ido recopilando con la intención, una y
otra vez aplazada, de escribir un libro, librito, carpetilla,
opúsculo o lo que quieran ustedes sobre el este tema de las erratas
periodísticas.
Pero pasa el tiempo y no me pongo al trabajo. Por eso hoy voy a
sacar a colación algunas de las erratas que componen mi colección.
Las
erratas de prensa son de temas variados y de distinta índole. En
algunos casos yo las califico de sabotajes o, como mínimo, de erratas
intencionadas a causa de las circunstancias de la época o a
consecuencia del talante guasón o de la mala uva de cualquier
redactor, corrector, linotipista etc. Toda la amplia gama de
profesionales que hacían antaño un diario. Ahora, con los
ordenadores, las cosas son diferentes y las erratas, que también las
hay, resultan menos escandalosas.
A
mi parecer, en ese apartado de la errata intencionada encajaría la
siguiente:
Se
inauguraban las nuevas instalaciones de la feria ganadera de Zafra.
El Ministro de Agricultura que presidió el acto, y en el diario (no
quiero citar los nombres de los periódicos) salió una información
a cuatro columnas con dos fotografías idénticas y paralelas,
abriendo el texto.
En la primera foto se veían cinco hermosos
merinos precoces y el pie de foto señalaba: "El ministro de
Agricultura y sus acompañantes durante la visita al ferial".
En la segunda fotografía figuraba el ministro acompañado de un
séquito de cuatro personas. Y el pie de foto decía: "Magníficos
ejemplares de merinos precoces subastados en la tarde de ayer".
Estoy
convencido que lo anterior no fue una errata sino un sabotaje o la
acción premeditada de algún cachondo mental.
Caso
distinto, creo yo, fue la errata aparecida en un diario navarro y que
ha sido calificada alguna vez como "reina de las erratas".
En primera página y a cinco columnas, una fotografía recogía el
momento de la ordenación de varios sacerdotes que aparecían
arrodillados y con el obispo al fondo de la plaza que acogía la misa
de campaña. En el titular se leía. "Pese a la falta de
vocaciones el señor obispo ordeñó ayer a cincuenta nuevos
sacerdotes".
Para
que ustedes se den cuenta del poderío de una tilde...
Un
querido compañero escribió un interesante trabajo sobre el templo
de Jerusalén. No recuerdo a cuento de qué venía publicar aquel
articulo sobre ese tema. El caso es que se deslizó una errata
grotesca. El periodista escribía que la techumbre del famoso templo
se hizo con los "famosos cedros del Líbano". Y lo que
salió fue que aquel techo estaba compuesto de los "famosos
cerdos del Líbano".
El
articulista quiso aclarar el tema y al día siguiente escribió: "El
avispado lector captaría rápidamente la errata que se deslizó ayer
en mi trabajo sobre el templo de Jerusalén. Son los duendecillos de
imprenta los que jugaron la mala pasada, ya que donde decía "los
cerdos del Líbano" queríamos decir "los cerdos del
Líbano".
¿Errata?....¿Sabotaje?...
Como ustedes quieran.
Hoy
no les canso más. Quizá otro día vuelva con más erratas.
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